Fumar como adición. Tú como amor. Soy incapaz de quitarte de la cabeza en esos momentos de soledad. Solo estoy yo frente a mis pensamientos. Solo estoy yo frente al silencio. Tú eres ese pensamiento recurrente. Tú eres esa búsqueda de la felicidad permanente que tengo día a día. Mi pensamiento, en esos momentos puntuales se ocupa de inundarse de ti. Es redundante, es repetitivo, pero ahí está como la cajetilla de tabaco invisible del bolsillo de la camisa del fumador que lo está dejando. Lo más probable es que me olvide al poco rato de ti para después, el deseo intensificarse con más fuerza. Es estúpida la comparación con el tabaco, es estúpida la comparación con una adicción, pero eres esa sensación. Sensación de sequedad de boca y tan pronto como te siento cerca, insalivación excesiva. Miedo a la ausencia e impaciencia en la cercanía. Esta sensación invade todo mi ser físico y parte del espíritu convirtiéndose en una única persona que la mayoría de los momentos piensa que
Mil cosas escritas sin pensar: pensamiento, sicología, evolución personal...