Ya es verano, la vida tiene más luz, más claridad. Las horas se alargan con la intensidad del calor que asoma con ahinco por las ventanas. Me siento raro, me crecen las barbas, jeje. Visto ropa corta, sudo como un animal, bebo un montón y casi no duermo. Las noches calurosas se convierten en ascensores pequeños y reducidos. El aire se vicia y me empiezo a ahogar. Me entra un sueño liviano y empiezo a soñar, mis peores pesadillas se vuelcan en mi cabeza: Freddy Krueger entrando en mis sueños e intentándome despertar; la mano de King Kong entrando por la ventana de una habitación en penumbras donde me encontraba, me cogía y me empezaba a aplastar; un tiranosaurio rex persiguiéndome y yo escapando en un cadillac rojo; o callendo eternamente al vacío oscuro. NOTA: esas tres pesadillas resumidas eran con frecuencia y repetidas veces miedos que me impidieron dormir. Algunas veces miraba debajo de la cama, otras encendía sin cesar la luz y otras despertaba sudado y temblando de pavor, horror
Mil cosas escritas sin pensar: pensamiento, sicología, evolución personal...