Calor, calor no hace mucho. Estamos en verano y el sol se desvanece entre las nubes. La verdad, es que hay humedad en el ambiente y el asfalto chorrea. Joder, que mierda de descripción. Todo lo que digo se queda en nada. Vaya cagada (zurullo). Estoy 'aparvado' y no escribo nada decente. En un lugar claro y cerrado en el que estoy ahora mismo, me siento enclaustrado, agónico, sin respiración. El sudor me corre por la piel blanca. Esto es un día como otro cualquiera. La perdición de un ángel caído que no encuentra su punto de inflexión. El cambio hacia el buen camino. Vaya, ¿¡que estoy diciendo!? Me vuelvo loco otra vez. Respiro profundamente y expulso el aire viciado de mis pulmones. Vuelvo a empezar después de romper esa cantidad de palabras sin sentido. La orientación se me centra y vuelvo a empezar mi relato pero esta nueva página se queda en blanco, y el segundero empieza a sonar más alto y más rapidamente. Las horas vuelan y la página en vacío.
Mil cosas escritas sin pensar: pensamiento, sicología, evolución personal...