Tontería que tengo, esperando a que una amiga publique en su blog y reenvíe esa publicación al correo para poder leerlo.
Una certeza incierta que desespera porque me faltan ganas por trabajar.
Estoy sentado, me duele el culo que está ligeramente adormecido además de apretando sintiendo las cabezas del fémur presionar las carnes que tengo aprisionadas.
... tras un rato sin hacer nada, continúo mi diálogo interior, sintiéndome vacío. Estoy escribiendo con pretensiones, la realidad es que no quiero escribir de esta forma tan ridícula.
Ahora, está entrando la luz naranja por entre las persianas metálicas molestándome y haciéndome sentir calorcillo en la caluga (colleja, llámale como quieras).
¿Por qué estoy escribiendo? Porque siento que así no estoy perdiendo el tiempo, tiempo que iba a perder porque trabajo para otra persona y me siento una mierda. Soy un trabajador con un sueldo que sirve de cadena y al mismo tiempo de mentira hacia el empresario que piensa que soy muy rentable e imprescindible.
Como no sé qué escribir empiezo a masticar con más intensidad el chicle sintiendo como fluctúa la saliva entre mis muelas la superficie engomada del mismo. Siento también el parpadeo de mis ojos que se desenfocan y enfocan el texto que estoy escribiendo. Hay pausas del teclear de mis dedos. Aburrimiento total. Ligero dolor en las muñecas porque estoy intentando escribir a máxima velocidad para impulsar mis ideas, mis pensamientos de la nada en fondo blanco. Atravieso esa crisis para encontrar otra crisis, soy alguien aburrido en un mundo aburrido. Mi mundo es aburrido y por eso puede llegar a ser interesante.
Empiezan a llegar alguno de mis compañeros con los microbuses al aparcamiento que es una pequeña nave industrial vieja con partes metálicas quemadas que se aprovecharon de chapas que ardieron en un incendio de hace más de veinte años.
Comienzo a tener frío porque apagué la calefacción eléctrica para evitar exceso de gasto y para no soportar el ruido que emiten sus vibraciones. Sigo poniendo cosas en esta página, y suenan a persona estirada que escribe sin tener ninguna idea. No quiero escribir por escribir, pero la vida es dura siendo muchas veces importante escribir por escribir.
Transformo conocimiento en letras que transfiero mediante mis lentas pulsaciones que van armando palabras, frases, oraciones...
¡Boh!
Me adorno demasiado, no encuentro la salida, me dilato en palabrería sin sentido.
¿A dónde voy? ¿Qué quiero conseguir? ¿Qué me gusta?
No sé, no sé, no sé…
Hay tantas preguntas y me da tanta pereza buscar respuestas que prefiero seguir siendo un tonto que se complace con transformar sus pensamientos en texto virtual en un ordenador del trabajo.
¡Qué grande! ¡Tengo que estar orgulloso! ¡qué listo soy!
Sinceramente doy pena. Soy incapaz de romper lo que hago porque pienso que está bien. Sigo sin escribir emociones, sigo sin dar algo a este texto, no hay vida, no hay corazón.
¿Grito para que tiemblen las letras?
Bostezo, me estiro, me lloran los ojos por intentarlos mantener cerrados. Tengo dolor en los codos por no estar sentado con la espalda apoyada en el respaldo.
Por estar escribiendo me doy cuenta de todo esto, entonces, recoloco el respaldo y me siento mejor. También acerco el teclado hacia mi cuerpo y así siento que está mi espalda mucho más cómoda.
¿Y a nosotros qué nos importa? ¿Os preguntareis?
Grandes preguntas para la respuesta que nunca os daré.
Muevo el aire en plan jocoso y me sale un eeeh.
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