Después de mi larga vida y tras muchas dificultades pasadas a través del día a día... Ese día, me miré al espejo y vi mi cara toda arruga, no me reconocí. Durante unos instantes me escuché jadear lentamente y sin fuerza. Estaba muriendo y no me había dado ni cuenta del pasar de los años. Era demasiado tarde. Me había convertido en un tirillas con una barriga redondeada que tiraba de mi espalda haciendo me perder la verticalidad. Me sentía mal pero todavía hacía un esfuerzo para tener esa sonrisa en la cara. He vivido todo lo que tuve que vivir aprovechando hasta el último suspiro, demasiado preocupado por el trabajo. Ahora no soy guapo ni de buen ver. Pero mantengo cierto carisma que uso para con ya 70 años vender los productos de la fábrica para la que he trabajado. Fui un informático sin muchos conocimientos que renegaba de la modernidad, al final acabé interactuando con los clientes porque se me daba mejor. He aprendido a reir sin molestar, aunque siempre con dificulta
Mil cosas escritas sin pensar: pensamiento, sicología, evolución personal...