jmrbcosas

Un día horrible en una ciudad oscura. Un día que empezaba con una niebla blanca y espesa que no dejaba ver nada solo a un pobre vagabundo de unos cincuenta y tantos, con barba de dos meses, despeinado, delgaducho que tenía cara de sobreviviente de una cruel vida que en un principio le sonrió como al que más...aún así mantenía una pequeña sonrisa en su cara arrugada. Este hombre delgaducho, vestido con un viejo traje de marca y una gabardina que aún mantenía los botones brillantes, tenía alguna historia que contar, por... quizá... un módico precio o con un bocadillo... no sé... o simplemente esperaba la oportunidad para salir de la mierda y acabar en lo alto de una gerarquía en la mejor empresa multinacional de software... o algo así. O tal vez mantenía esa leve sonrisa solo por creer que así alguna persona se apidaría de él. En fin creer es poder.