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Mostrando entradas de febrero, 2012

Una historia

Él lucía ropa deportiva, ropa barata de esta que se encuentra en la feria por poco menos de 5€ prenda. Daba pena, pero, sin embargo, su cara desprendía serenidad y seriedad ante las circunstancias. Las circunstancias: las de siempre, era un hombre que vivía, no tenía problemas pero no escatimaba con su alimentación. Eduard estaba, como siempre, jugando con la moneda. La hacía girar una y otra vez, debería reflejarse un brillo en cada superficie pero las caras perdieran hacía tiempo su brillo; su moneda de la suerte. Una moneda de cinco céntimos que encontró haría una década. Le cambió la vida para siempre. Desde aquellas empezó a voltear-la una y otra vez. Ese día se estaba armando un follón en una de las calles paralelas por donde paseaba. La gente empezó a juntarse y preguntarse porque había ese expectación, los bomberos todavía no llegaron pero los locales estaban allí. Había un incendio en uno de los edificios, humo en abundancia, empezaban a estirarse las llamas asomándose por u

La mosca

Estaba comiendo en casa. Estaba sorbiendo la sopa y mis padres también. En ese instante vi una mosca aletear alrededor mía y yo me estaba cabreando. "Maldita mosca, aún se va a  echar al agua como si de un avión antiincendios se tratase". Y en nada estaba en el plato. La mosca se lanzó tan fuerte que pensé que me salpicara y manchara mis gafas. En ese momento me puse a quitarla con la cuchara del plato pero se quedo enroscada entre los spagueti y no era capaz de quitarla. Al final opté por usar los dedos quitándola de ahí. La mosca seguía aleteando pero cuando la deposité sobre la servilleta, esta se quedó más tranquila ya que el agua que la cubría fue absorvida casi en su totalidad. Después la tiré a la papelera porque me daba un poquito de asco, más bien porque mis padres me estaban mirando un poco raro y no tenía ganas de decirles nada o disculparme del paripé de la cuchara revolviendo en la sopa y luego de mis dedos removiendo en ella. Poco después continué comiendo de l

¿Por qué?

La pregunta que nos hace ser ignorantes. Todo el mundo busca una respuesta a sus dudas. Yo siempre me buscaba soluciones para mis dudas que tenía sobre mi entorno e incluso busqué algunos vacíos que tenía sobre como crecían las piñas o que temperatura hay en el interior de un iglú. Pero, ¿qué tiene de importante encontrar soluciones totalitarias a esas respuestas? La mayoría de la gente olvida su ignorancia e se la inculca a los niños también: cuando una y otra vez no sabes que contestarle al chaval le contestas "porque si, y no hay más que hablar" . Cuando llegamos a esa respuesta no deberíamos dar cuenta que esa respuesta es inflexible y que la vida es algo más flexible y en muchas situaciones, incluso justa. En la vida cuando tenemos un ¿Por qué? delante aprendemos a sortearlo y aprendemos a olvidarlo, viviendo, con las consecuencias que conlleva esa inflexibilidad, que ya forma parte de nuestra vida. Como personas tenemos que buscar soluciones a esos ¿Por qué? No podemo