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Un día oscuro, un día antes del fin del mundo. Un lugar en ese mundo, un pueblo oscuro y desolado. Nubes oscuras y polvorientas cargadas de rayos. Ambiente asfixiante y vomitivo. Los edificios en ruinas, desgastados. Un desierto en cuanto a gente respecta. El único movimiento que hay es el viento que hace mover pequeños brotes de hierba que ya salen secas. Las calles están agrietadas y lo único que perturba su imagen son las sombras que se producen por los rayos que atraviesan el cielo hasta caer sobre los edificios provocando un ruido insonoro, no hay nadie para escuchar. Este lugar desolador se aleja de todo. Es un lugar estraño en un mundo estraño, destrozado pero no en su totalidad. A unos cientos de km de este lugar hay otro en las mismas condiciones y de similares características pero en él parece que hay vida. Hay una decena de hombres que sobreviven gracias a su tecnología. Viven en la alcantarilla en una especie de grupo familiar en el que hay un padre y una madre que son l

Hay gente que lee lo que hay escrito en la arena mojada de la playa. Por ejemplo: MAMA QUIERE PAELLA. Yo nunca leo, pero siempre me gusta hacer cosas raras: cotillear, ver, observar, mirar, hacer el tonto o el mono. Bueno lo cierto es que hoy el mar estaba espectacular. Tenía un azul intenso en el horizonte uniéndose con el horizonte y otro color cuando uno acercaba la viste era un verde esmeralda y más cerca era tremendamente cristalino. Bueno el tema era... que vi un hombre sin ombligo, vi un erizo de mar y me lleve un coscorrón en la cabeza. Pues ahora estoy cansado y no se que poner. Fue todo maravilloso. Yo tenía una sonrisa de oreja a oreja. No era yo, estaba feliz. No se, el mar me tranquiliza me hace sentir bien. Soy lo que soy y punto. Un hombrecillo amargado que a veces le gusta vivir y lo disfruta. Siempre acabo pensando en mi.