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Mostrando entradas de diciembre, 2011

Una tarde a final de año.

_Un nuevo año. ¿Una nueva vida? _Juan lo dice con cierta duda. _¡Si! La temática del año. _Responde Samuel con sorna y propone_ Al pasar de año nunca se pasa a una nueva vida. _ Bueno, vale... ya me jodiste la bola _ contestando después de tomar un sorbo de café y aún masticando una magdalena_ Si lo que quieres es ser triste y aburrido también añado: porque en el nuevo año se piensa en lo que no hiciste actualizando los propósitos que, finalmente, nunca van a ser realidad, solo van ser la farsa y mentira que enriquecerán tú personalidad. _Buahh!!, espera un segundo... _inspira profundamente y continúa diciendo lo que se le ocurre_ El pasado tiene una gran importancia en todas las decisiones, pero un nuevo año, por si solo, no ayuda a las personas. La realidad es que, en cada año, se inicia un punto de inflexión que puede ser la nada, o puede llegar a ser un punto y aparte en tú vida. _Llegó mi punto de inflexión porque... _Juan realiza una pequeña pausa para dar intensidad y exp

Paseando en bicicleta

Ayer me encontré con una foto frontal de una brillante bicicleta color verde pistacho que me recordó lo bonito que era  montar en bicicleta. Esos momentos soleados en los que desciendes una cuesta a bajo lentamente y puedes mirar y admirar el paisaje por el que transitas. Viajes cortos, paisajes eternos. Una frontera que se va estirando cada vez que avanzas. Un límite que es más grande que cuando andas. Parece que tienes más espacio, la burbuja en la que vives se expande. La libertad del pedaleo. Las ganas de llegar al destino. Entonces llega la cuesta arriba, un sufrimiento con esperanza y premio final. El asfalto se torna más duro y las ruedas se convierte en un chicle reblandecido y pegajoso que hace del paseo en bici, una intensa sensación de cansancio. Cuando llevas pedaleando un rato de esa cuesta empiezas a sentirte mejor pero es el cerebro que miente para, más tarde, darte 'la patada definitiva' que no se puede convertir en bajón sino en inspiración para sobreponerte

Ego

No me siento bien. Siempre, al principio o al final, siempre... En mi vida hay día buenos pero nada especiales. Últimamente, no hay experiencias vitales. Hoy, lo mejor que me pasó fue descubrir como se revela una foto. También, disfrute de bonitas cafeterías y de buenos cafés pero olvidables y perecederos en mi memoria. La fotografía me apasiona, la imagen, los detalles que nunca soy capaz de matizar, aclarar; me encanta. Siempre se me olvida de mirar para lo que me gusta. Voy corriendo una vez para un lado y otra vez para otro pero siempre con todo el tiempo del mundo. Cuando corro me siento inmaduro (voy con un abrigo marrón cruzado y corriendo como si perdiera el autobús, sintiéndome como un chaval sin vergüenza que llega siempre tarde a clases). Soy intranquilo, irascible, caprichoso. Porque en mi vida nunca tuve demasiados ostáculos a los que enfrentarme. Siempre fui libre, nunca me sentí obligado a nada pero hay partes de mi ser que cambiaría. Un imposible. Me gusta jugar, me