Sí.
A veces para empezar necesito una pizca de motivación, algo que simplifique la cantidad de ideas que se pueden barajar al comienzo de la escritura... después todo fluye... dejo que mis dedos monten palabras, frases, oraciones, párrafos... bueno, me dejo llevar.
Nada es tan sencillo, pero ponerse a trabajar eficientemente, es simplemente, ponerse. Si no se empieza por algo tampoco limpiaría mi coche... primero lo tengo que mojar y después empiezo a rellenar el balde con agua y jabón... todo es empezar. Nada sale por arte de magia. La magia surge después de un esfuerzo que no debe ser esfuerzo como tal, sino una rutina constante, para eso dicen que se necesitan herramientas.
Para mí, es sincerarse con uno mismo y dejar que el cerebro ponga ideas sin parar entorno a algo que en un momento ya está todo dicho de él. Al revisar el resultado puede haber magia y disfrutas viendo el resultado. Sabes que lo que has escrito tiene algo cuando lo lees por primera vez después de varios días o semanas... si no te entra, déjalo, fue una caca con poco éxito pero que vale para estimular tu mente y reactivar condicionantes para que otro día resulte algo más apetecible. Esa repetición nos da un comienzo que pueda ser sorpresa para el creador como ahora, en esta ocasión.
Se debe intentar no cometer errores ortográficos, ni gramaticales para que la práctica haga al maestro... intentar mantener la estructura bien puesta, manteniendo estable al conjunto del texto, pero sin limitar a la creatividad. Es normal equivocarse, pero las correcciones en muchos casos son incluso mejores que los primeros pasos.
A mí me gusta conservar todo lo que hago, otras personas creen que los errores los hay que tirar, desechar, destruir. Prefiero conservarlos e indicar que son malos y por qué; de ese modo, puedo buscar soluciones para no repetirlos. Si los borro, no encontraré soluciones, si los analizo puedo encontrar caminos alternativos que alcancen la luz.
Me gusta escribir porque quedo en paz con mis inquietudes. Me gusta mejorar en la escritura porque veo una evolución en mis maneras. Pero no me quita el sueño que mis palabras sean buenas todas. Tal vez tenga sueños de grandeza y quiera conseguir sacar algo bueno de dentro de mí, para ello habré usado cierto esfuerzo en mi creatividad, me gustaría dar o un poco más.
Hay mil cosas que no hago y sin embargo hay otras tantas que sí, o hice, o haré. Todo es inabarcable.
Me gusta escuchar a la gente... tengo el defecto que necesito interactuar y, a veces, no dejo hablar porque me puede la emoción que adquiero con la escucha activa que tengo. Soy oídos, pero cuando me sobrepaso de información necesito sacar alguna para encontrarme mejor... y no debería interrumpir, debería dejar fluir al que me habla y después sintetizar lo que me dijo en los textos que pudiera escribir...
Hay tanto y tan poco tiempo... en fin, al final es cuestión de aprovechar los momentos de la vida, disfrutando, sufriendo cuando se pueda y cuando no desesperándose por encontrar la ilusión de otros que te iluminen el camino... la ilusión puede ser felicidad, puede ser algo que te llene, pero el exceso se necesita, o más bien, se debe transmitir al resto de la gente para que vea que la vida puede ser maravillosa, como decía Andrés Montes, gran locutor deportivo que hacía que un partido de baloncesto o de fútbol tuviera un sabor especial. Los convertía en algo más grande sin entrar en el salseo de hoy en día.
Empecé con la creatividad y ahora divago, me escapo del tema principal. Pero, ya ves, que esto también es creatividad. Me canso porque estoy algo lleno del almuerzo copioso, rápido que he ingerido. Parece que mi garganta vuelve a las andadas. Eso quiere decir, que mis pensamientos giran en torno al dolor y al calor del ambiente, leves dolores de articulaciones y me estoy dando cuenta que escribo rápido y con demasiadas conjunciones y que implican lentitud en la lectura, debería sustituirlas por comas, o algo así, para que sea ágil la lectura.
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