-Mira.
- ¿Qué quieres que mire?
-Mira mis ojos y piensa en lo que sientes mientras los ves y mantén la mirada fija sobre uno de ellos para que la otra persona no vea el cambio ocular tuyo, el cambio de posición.
- ¿Y así que consigo?
- Seguramente nada, pero en poco tiempo yo sentiré un aprecio desmesurado por ti y querré tus labios.
- ¿Y por qué habría de dejarte mis labios?
-Porque quedarás prendado del color de mis ojos y del movimiento palpitante como mi corazón arde en deseo cuando te veo.
- ¿Crees que transmites eso?
-Quiero transmitir eso, más bien siento eso... siento algo inexplicable por ti que coge sentido cuando estás a una nariz de distancia de mí. Siento que tu aliento invade mis fosas nasales y ese olor que no sé qué es, sí sé lo que transmite.
- ¿Qué transmite?
-Transmite vida, transmite que quieres vivir un poco más, un poco por cada bocanada de aire que inspiras y luego expiras. No es que quieras vivir, solo vives, sin motivo. Pero mientras estás ahí también yo quiero vivir contigo.
- ¿No te entiendo?
-Si que me entiendes, pero sabes que es demasiada información bonita y piensas que te miento.
- ¿Me mientes?
-Adorno mi verdad y me creo esa mentira sintiéndome más persona y más feliz. La mentira es también para mí y sin embargo me hace sentir bien al menos este instante contigo en el que no tengo que pensar en el mañana, solo en este del que estoy hablando: miro tus ojos y soy mejor persona.
-...
- ¿No dices nada? Pero tú mirada lo dice todo. Relájate y disfruta de este momento porque compartir momentos es lo más bonito. Me encantan tus labios elevados, iniciando una leve sonrisa como queriendo ocultar todo lo que emana dentro de ti. Quiero abrazarte fuerte y rozar tus labios sintiendo la suave y delicada piel.
- (Vamos, a que esperas).
-Me mata tu silencio, me mata no ser más intenso por miedo al rechazo. Pero lo voy hacer. Esos labios están para besarse y sentirlos.
- (Menos mal).
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