En una ciudad 14 pisos no parecen demasiados, pero cuando suceden accidentes empiezan los problemas.
Como persona de a pie soy consciente que asumimos ciertas licencias y riesgos que no suelen ser nada hasta que lo son. Cuando entramos en años tenemos más miedo a la muerte y menos ganas de experimentar emociones porque ya tenemos la experiencia que nos avala. Pero, aun así, como sistema funcionamos como aventureros corruptos por el dinero, igual que cuando somos jóvenes, por las emociones fuertes.
En un sistema envejecido y viciados, nos guiamos por la gran cantidad de dinero que podemos recibir por asumir riesgos que legalmente no deberían haberse asumido. El dinero se gasta, las emociones se recuerdan... por lo tanto somos avariciosos por naturaleza y también el bien propio nos motiva más que el bien común o el bien ajeno... por eso el sistema tiene estas fallas y en este caso las pagaron los inquilinos que pagaron mucha pasta por un edificio que tenía mucha letra pequeña.
…y después aparecen los ideales políticos que destrozan nuestra forma de pensar, o que nos hacen ver las cosas de diferente manera…
No me enteré mucho de esta noticia pero como estábamos con los cafés de la mañana comentándola y razonándola; pienso que este incendio de un edificio demasiado alto para los recursos insuficientes de unos bomberos, en la ciudad de Valencia, parecía fácilmente evitable si no existiera la avaricia.
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