Creo que soy un "carnero silvestre", es decir, borrego. Ahora estamos en la mitad del túnel. Estamos en un tramo en el que ya no se ve tan bien tomar buenas decisiones para evitar la mínima exposición a la gente para no contagiarnos. Estamos en ese momento que no vemos el toro pero sin embargo está a punto de embestirnos. Aunque ahora es el momento de preocuparnos como nunca lo hemos hecho... no lo queremos intentar porque estamos hartos de que las decisiones del poder, desde mi punto de vista, no sirven para nada, solo para meter miedo, solo para enriquecer a unos pocos, solo para quitar libertades, solo para convertir una mentira en verdad, solo para que veamos este punto de la historia como otra gran crisis más que valdrá para que la gente coja con más energía su vida y con tiempo se intente ser mejor como persona... o tal vez, a la pérdida de grandes personas que estaban motivadas y con este aluvión se dieron a la autodestrucción.
Mentiras, toma de decisiones inútiles, y gente harta de que no se tomen medidas más humanas. Más cuidadores, más gente que esté con los enfermos, más valientes que ayuden a los enfermeros desvordados.
¿Crearemos zoombies por culpa desta cadena de errores?
Como individuos nos estamos escaqueando continuamente. No ayudamos. No ponemos ningún granito de arena para que los marginados estean menos.
Preferimos meternos en nuestro hogar. Resguardarnos, como si el problema no fuese con nosotros... y el sistema, el gobierno, avala que nos encerremos y no ayudemos al prójimo; avala la segmentación social, avala la indiferencia, avala el miedo al vecino de al lado que todavía está sano. Avala la reducción de libertad. Avala la eliminación del libre albedrío.
¡Buf! Me da pereza ampliar las miras. Tengo ganas de meterme en una burbuja muy pequeña y dejar que todo se vaya a la miseria.
Tan pronto como me paro un segundo a meditar veo todo lo que se puede hacer y no hacemos.
Escribo, pero no actúo...
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