Creo que pasaron semanas desde la última vez que escribí para este mi blog.
No me salen palabras: estoy en cortocircuito.
¿Será por la tristeza? ¿Será por las ganas de llorar traducidas en mala hostia? ¿Será que me enfrento a mi entorno mal? ¿Será que quiero mostrar mis sentimientos resultándome imposible?
Afirmación: se está marchando el espíritu de mi cuerpo y no se como detenerlo.
¿Crisis pasajera? ¿Crisis definitiva? ¿Soy egoista?
También es cierto que no suelo hablar de mis hijos, mi mujer, de la familia, de lo personal o importante de mi vida.
A parte de todo lo anterior tengo mal estar físico, me molestan cada una de mis articulaciones y mi músculos cuando se estimulan es como si se rompiesen. Me duele la boca. Y últimamente también la cabeza.
Noto cansancio y cuando me suben las pulsaciones una gran presión entorno a la base del cuello próximo a mis dos clavículas como si los vasos sanguíneos me fuesen a reventar.
Por esta época tengo los pies húmedos y fríos. No estoy haciendo nada de deporte. Ni trabajo físico. Y solo de vez en cuando hago ciertas cosas en casa para mantenerla con buen aspecto para no entristecerme más.
Cada vez que veo la felicidad de mis hijos tengo ganas de llorar de la emoción. Más allá, me frustro por ser mal padre y mostrarme como estoy: desganado y arrastrado. Alterado y desequilibrado. Tengo momentos álgidos: pero muestro mis tensiones demasiado rápido y me descontrolo.
Muchas personas dicen que se debe controlar lo que se dice frente a los hijos. Se debe aparentar unión con la mujer. No contradecirla delante de ellos. Y me pregunto: ¿Por qué hay que mostrar perfección delante de ellos si este mundo no es un mundo ideal?
¿Por qué tenemos que inyectarles a granel mentiras para que sueñen la perfección?
Creo que no debemos hacer esos. Debemos intruirlos como si fuesen soldados con sentimientos: las personas tienen que saber ponerse en el lugar de las otras y así ver que el mundo ni es blanco, ni negro, ni a colores, ni aterciopelado... es lo que es, se transforma, se modifica según las prioridades del poder.
Además creo, que hay que hacerles experar lo peor para allanarles el
camino y que no vean un paisaje desértico, árido; para que cuando se
enfrenten a mi y me lleven la contraria, en su interior surja esperanza y
ganas de realizar cosas para cambiar.
Creo que mi mayor cualidad es que digo lo que pienso debido a mi incapacidad en conversación, siendo incapaz de pensar y hablar al mismo tiempo. Además si no interiorizo mis pensamientos no soy capaz de mentir, quiero decir que si no me creo mi propia mentira no soy capaz de decirla. Puedo contar mentiras siempre y cuando, de alguna manera, son recursivas y repetitivas, quiero decir, que parecen verdad. Pero no tengo esa habilidad de lanzarlas al vuelo, siendo mi cara de poquer un poema.
Puedo escribir y hablar de ideas y conceptos pero cuando invento algo realista no me queda bien...Soy flojo en la mentira y soy constante en mi verdad.
¿Escurro siempre la culpa? ¿Echo la culpa a los demás?
... ahora intento pensar y no consigo nada. Puedo describir el rum, rum contínuo del calefactor que me calienta los pies. Los pensamientos se dirigen a las sensaciones de mis oídos. La vista parece que sea un transmisor de mis pensamientos y esta los convierta en imágenes.
...mi mente convierte las palabras en imágenes y las imágenes atrapadas por la retina son convertidas en palabras.
Discribiendo mi entorno:
Ahora mismo estoy sentado y solo de pensarlo siento la piel, músculos e inclusos vasos sanguíneos adormilados, atrofiados como si no estuviesen haciendo totalmente bien su trabajo porque mi culo y mis piernas están estáticas y ejerciendo un constante y dañina presión contra el suelo y silla.
Ayer descubrí que la nariz tiene dos agujeros porque hay un proceso respiratorios que rota provocando el taponamiento de una cavidad y luego la otra porque así puede regenerarse y repararse el tejido gracias al descanso.
Entiendo que esto también se aplica a las piernas: si estamos andando cada vez que una pierna soporta todo el peso del cuerpo la otra descansa. Y los vaso sanguineos, se que se ayudan de este movimiento para transportar la sangre otra vez hacia el corazón gracias a la presión de las plantas de los pies que actúan como fuelles tensionándose cuando se apoya sobre el suelo y distensionandose cuando se levantan... este circuito se interrumpe cuando mantenemos mucho tiempo el culo en un asiento.
Mi vida depende de ese asiento: cuanto menos lo use, más sobreviviré.
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