Llegando al momento en que solo se pronuncian las ideas extremas de la sociedad.
Ahora es el momento. Las redes sociales, tienen algoritmos que tienden a simplificar lo que las personas quieren oír, entonces... la simplicidad implica la radicalidad, el si o el no, el blanco o el negro. Y como las ovejas, los humanos seguimos al rebaño. Y si ese rebaño se divide solo en dos, tomará la elección que más le convenga pero esto implica que tendrá más crispación porque no se ajustará totalmente a su pensamiento.
Esa diversidad que teníamos sin internet y sin redes sociales se está simplificando en: los buenos y los malos, lo bonito y lo feo, la guerra y la paz, el bien y el mal.
Problema: la verdad, la realidad, los ideales son ambiguos y es necesario que convivan un amplio abanico de pensamientos. De otra manera el equilibrio se va al garete.
Garete que se produce con la evolución. La evolución conlleva dar un paso para atrás.
Garete que provoca que haya más diálogo, más comentarios, más situaciones de controversia.
Los extremos acaban convergiendo y lo que parece muy diferente es igual. La variedad de pensamiento que había se convierte en una pensamiento retorcido que lo empuja hacia la crispación provocando una derrumbe global tanto social como ideológico.
Finalmente, el sistema se colapsa.
Rompemos algo para poder hacer algo nuevo.
Lo nuevo es algo diferente, es algo necesario.
Lo viejo se puede reutilizar como solución pero, muchas veces, no da todas las posibilidades que andamos a buscar.
En conclusión, el fin es el principio.
Comentarios
Publicar un comentario