Pierdo el tiempo.
No escucho el tiempo pasar y cuando lo escucho parece que se detiene el segundero del reloj.
Cuando era joven quería hacer mil cosas y cuando estaba a la esperada de que llegase la hora se me eternizaba. Al final, el resultado era un día, una vida.
Algo tan insignificante como un día se convertía en una vida. De pequeños no queremos dejar escapar la vida, nos aferramos al día, a no querer dormir. Creo que tenemos miedo a que se acabe.
Y nos quedamos dormidos, no porque queramos dormir sino porque estamos cansados y dejamos todo el ser para conocer y experimentar.
Sin embargo, cuando somos grandes, muchas veces queremos dormir para descansar aunque no estemos agotados. Nos acostamos porque es hora de ir a dormir. Nos acostamos porque toca acostarse y porque tenemos la certeza de que el mañana llega y tenemos la certeza de que tenemos que seguir el horario impuesto y tenemos la certeza de que si no dormimos estaremos cansados.
Cuando se es adulto, se pierde el sueño reparador y se convierte en algo rutinario. Dormimos sabiendo con certeza que vamos a despertar. Pero el niño quiere no dormir para poder disfrutar de todo lo que todavía tiene que descubrir en ese momento.
Perdemos esa gana de disfrutar el momento y siempre estamos luchando contra el tiempo.
Al final la certeza de que hay más tiempo se convierte en la rutina del día a día. La rutina nos clava, nos agota las ganas de vivir perdiendo la noción del presente.
¿Qué quiero decir con todo esto?
Tengo un ligero recuerdo de una película que hablaba en segundo plano de los samurais. Y estos cuando despertaban se proponían, se grababan en la memoria que "hoy es el último día de mis días" para así poder darlo todo "en el camino del samurai" o "en el camino de la vida".
El tema: tenemos que avivar la llama de la ilusión, la llama de nuestro ideales, la llama de aprender algo más, la llama de hablar, repartir historias, repartir sentimientos y distinguirse frente a los demás dando algún tipo de energía: tanto si es una energía positiva pero incluso mostrando la frustracción de esta nuestra vida porque seguramente hay otra persona que se encuentre en situaciones tan parecidas a la nuestra que acabar.
Tenemos que hacer piña y luchar.
No te calles, una opinión que no se escucha no tiene valor. Lo importante es hacerse escuchar y sobre todo cuando tú opinión difiere de lo que escuchas. Habla de lo que quieres hablar, habla de lo que es importante para ti.
Deja a un lado las modas. Siente el miedo, pero para luchar contra él y conseguir tus ideales.
Y eso que quería hablar de "la memoria histórica". Quería hablar de todolos errores del pasado pero la realidad es que lo importante como individuo es la lucha del día a día. La lucha por entender la verdad de la verdad y ver más hayá de lo que nos están diciendo.
Quería hablar del "humo" que nos ponen: "la sobreinformación es desinformación". Quería hablar de todas las libertades que estamos perdiendo. Quería hablar de la intolerancia cero. Quería hablar de lo que odio lo políticamente correcto.
Quería hablar de lo difícil que es para mi catalogar a las personas y porque las engaño (constantemente me equivoco: no encuentro rapidamente a alguien que tengan brillo en los ojos y que avive sus ideales con ilusión del día a día): En primer lugar me defino como una persona borde porque digo lo primero que pienso y soy contradictorio. Puedo decir una cosa y no negar otra cosa diferente. Pero me gusta escuchar a la gente y a la vez también odio escuchar a la gente. Odio la mentira aunque odio todavía más la mentira piadosa. Pero también puedo decir que digo muchas mentiras piadosas. Odio el silencio, odio a todalas personas que se silencian porque no quieren meter la pata conmigo. Odio la doble cara pero sin embargo, me gustan la variedad de la verdad: "no es blanco, ni es negro, ni es gris, es gris claro azulado". Me gusta rebuscar, me gusta ver la amplitud de las cosas y saber que no se nada. Me gusta comparar cosas que desconozco y compararlas con temas de los que tengo un poco más de conocimiento.
Odio las injusticias aunque odio más que paguen justos por pecadores. Odio a la gente que se aprovecha de los errores del sistema. Y también soy antisistema. Creo en los derechos humanos y también creo en la libertad. Y más bien creo en una libertad más absoluta. Creo que un individuo tiene que actuar libremente sin importarle las consecuencias. Creo en el castigo al malvado pero ¿cmo se puede encontrar siempre a´l malvado y siempre conseguir que solo paguen los pecadores (malvados), es decir la persona que solo mira por sus intereses sin importarle lo que le pasa a su prójimo, o entorno?
LINKS: MEMORIA HISTÓRICA, HUMO INFORMATIVO, LIBERTADES EN WIKIPEDIA, LIBERTADES EN GOOGLE, POLÍTICAMENTE CORRECTO
No escucho el tiempo pasar y cuando lo escucho parece que se detiene el segundero del reloj.
Cuando era joven quería hacer mil cosas y cuando estaba a la esperada de que llegase la hora se me eternizaba. Al final, el resultado era un día, una vida.
Algo tan insignificante como un día se convertía en una vida. De pequeños no queremos dejar escapar la vida, nos aferramos al día, a no querer dormir. Creo que tenemos miedo a que se acabe.
Y nos quedamos dormidos, no porque queramos dormir sino porque estamos cansados y dejamos todo el ser para conocer y experimentar.
Sin embargo, cuando somos grandes, muchas veces queremos dormir para descansar aunque no estemos agotados. Nos acostamos porque es hora de ir a dormir. Nos acostamos porque toca acostarse y porque tenemos la certeza de que el mañana llega y tenemos la certeza de que tenemos que seguir el horario impuesto y tenemos la certeza de que si no dormimos estaremos cansados.
Cuando se es adulto, se pierde el sueño reparador y se convierte en algo rutinario. Dormimos sabiendo con certeza que vamos a despertar. Pero el niño quiere no dormir para poder disfrutar de todo lo que todavía tiene que descubrir en ese momento.
Perdemos esa gana de disfrutar el momento y siempre estamos luchando contra el tiempo.
Al final la certeza de que hay más tiempo se convierte en la rutina del día a día. La rutina nos clava, nos agota las ganas de vivir perdiendo la noción del presente.
¿Qué quiero decir con todo esto?
Tengo un ligero recuerdo de una película que hablaba en segundo plano de los samurais. Y estos cuando despertaban se proponían, se grababan en la memoria que "hoy es el último día de mis días" para así poder darlo todo "en el camino del samurai" o "en el camino de la vida".
El tema: tenemos que avivar la llama de la ilusión, la llama de nuestro ideales, la llama de aprender algo más, la llama de hablar, repartir historias, repartir sentimientos y distinguirse frente a los demás dando algún tipo de energía: tanto si es una energía positiva pero incluso mostrando la frustracción de esta nuestra vida porque seguramente hay otra persona que se encuentre en situaciones tan parecidas a la nuestra que acabar.
Tenemos que hacer piña y luchar.
No te calles, una opinión que no se escucha no tiene valor. Lo importante es hacerse escuchar y sobre todo cuando tú opinión difiere de lo que escuchas. Habla de lo que quieres hablar, habla de lo que es importante para ti.
Deja a un lado las modas. Siente el miedo, pero para luchar contra él y conseguir tus ideales.
Y eso que quería hablar de "la memoria histórica". Quería hablar de todolos errores del pasado pero la realidad es que lo importante como individuo es la lucha del día a día. La lucha por entender la verdad de la verdad y ver más hayá de lo que nos están diciendo.
Quería hablar del "humo" que nos ponen: "la sobreinformación es desinformación". Quería hablar de todas las libertades que estamos perdiendo. Quería hablar de la intolerancia cero. Quería hablar de lo que odio lo políticamente correcto.
Quería hablar de lo difícil que es para mi catalogar a las personas y porque las engaño (constantemente me equivoco: no encuentro rapidamente a alguien que tengan brillo en los ojos y que avive sus ideales con ilusión del día a día): En primer lugar me defino como una persona borde porque digo lo primero que pienso y soy contradictorio. Puedo decir una cosa y no negar otra cosa diferente. Pero me gusta escuchar a la gente y a la vez también odio escuchar a la gente. Odio la mentira aunque odio todavía más la mentira piadosa. Pero también puedo decir que digo muchas mentiras piadosas. Odio el silencio, odio a todalas personas que se silencian porque no quieren meter la pata conmigo. Odio la doble cara pero sin embargo, me gustan la variedad de la verdad: "no es blanco, ni es negro, ni es gris, es gris claro azulado". Me gusta rebuscar, me gusta ver la amplitud de las cosas y saber que no se nada. Me gusta comparar cosas que desconozco y compararlas con temas de los que tengo un poco más de conocimiento.
Odio las injusticias aunque odio más que paguen justos por pecadores. Odio a la gente que se aprovecha de los errores del sistema. Y también soy antisistema. Creo en los derechos humanos y también creo en la libertad. Y más bien creo en una libertad más absoluta. Creo que un individuo tiene que actuar libremente sin importarle las consecuencias. Creo en el castigo al malvado pero ¿cmo se puede encontrar siempre a´l malvado y siempre conseguir que solo paguen los pecadores (malvados), es decir la persona que solo mira por sus intereses sin importarle lo que le pasa a su prójimo, o entorno?
LINKS: MEMORIA HISTÓRICA, HUMO INFORMATIVO, LIBERTADES EN WIKIPEDIA, LIBERTADES EN GOOGLE, POLÍTICAMENTE CORRECTO
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