Menos mal que todavía nos queda el dolor.
Dolor, cuanto dolor.
Somos tan blandos que el dolor llega mucho después de la apuñalada. No nos duele el efecto de hacer daño sino los pensamientos y química que nos pasa por la cabeza minutos después del culmen, ese instante donde nos arrebatan algo. No se sabe como pero nuestro organismo entra en depresión y tristeza. Esas horas, minutos o segundos son muy dolorosos. El tiempo no es lo importante sino la sensación tan exagerada que nos pasa por nuestro organismo. Aumenta la tensión ocular, lloramos. La garganta se dilata presionando nuestra alma sin apenas poder llorar, ni gritar. Los músculos se contraen para que de alguna manera nos quedemos bloqueados como seres indefensos. Y acabamos dando mucha pena.
El dolor se subsana de muchas maneras. La mejor es que de alguna manera si fue producido por una persona. Esa persona adquiera la culpabilidad y de alguna manera se arrepienta de sus actos dando un abrazo a la persona dolorosa.
Somos muy frágiles, unos aguantan mejor las tensiones que otros pero la química de nuestro organismo es tan variable y enérgica que en cualquier momento podemos pasar de un estado de alegría asombroso a convertirnos en la persona más triste en pocos instantes.
Elejimos mal y la indecisión es el error. Cuando una persona a la que hiciste daño se retuerce de dolor es necesario ir hacia ella y mostrar preocupación real. Ser frío y poco profundo no es una opción. Marchar, escapar es peor opción pero, en mi caso a mi me invade el miedo a engañarme. Hai mucha gente que necesita soledad para recuperarse. Pero otra lo que necesita es cariño y entendimiento.En mi caso: "Soy como un "toxo" tengo espinas y de vez en cuando muestro cierta belleza".
En fin, los sentimientos son algo volatil que tienen mucho valor para nuestras vidas. Pero lo que más daño hace es no tener momentos felices en una vida. Mientras que los haya con cierta regularidad la vida es más llevadera.
Menos mal que todavía nos queda amor.
Menos mal que todavía se rie.
Menos mal que todavía nos quedan los sueños.
Dolor, cuanto dolor.
Somos tan blandos que el dolor llega mucho después de la apuñalada. No nos duele el efecto de hacer daño sino los pensamientos y química que nos pasa por la cabeza minutos después del culmen, ese instante donde nos arrebatan algo. No se sabe como pero nuestro organismo entra en depresión y tristeza. Esas horas, minutos o segundos son muy dolorosos. El tiempo no es lo importante sino la sensación tan exagerada que nos pasa por nuestro organismo. Aumenta la tensión ocular, lloramos. La garganta se dilata presionando nuestra alma sin apenas poder llorar, ni gritar. Los músculos se contraen para que de alguna manera nos quedemos bloqueados como seres indefensos. Y acabamos dando mucha pena.
El dolor se subsana de muchas maneras. La mejor es que de alguna manera si fue producido por una persona. Esa persona adquiera la culpabilidad y de alguna manera se arrepienta de sus actos dando un abrazo a la persona dolorosa.
Somos muy frágiles, unos aguantan mejor las tensiones que otros pero la química de nuestro organismo es tan variable y enérgica que en cualquier momento podemos pasar de un estado de alegría asombroso a convertirnos en la persona más triste en pocos instantes.
Elejimos mal y la indecisión es el error. Cuando una persona a la que hiciste daño se retuerce de dolor es necesario ir hacia ella y mostrar preocupación real. Ser frío y poco profundo no es una opción. Marchar, escapar es peor opción pero, en mi caso a mi me invade el miedo a engañarme. Hai mucha gente que necesita soledad para recuperarse. Pero otra lo que necesita es cariño y entendimiento.En mi caso: "Soy como un "toxo" tengo espinas y de vez en cuando muestro cierta belleza".
En fin, los sentimientos son algo volatil que tienen mucho valor para nuestras vidas. Pero lo que más daño hace es no tener momentos felices en una vida. Mientras que los haya con cierta regularidad la vida es más llevadera.
Menos mal que todavía nos queda amor.
Menos mal que todavía se rie.
Menos mal que todavía nos quedan los sueños.
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