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Mi cabeza y mis Déjà vu

Todos estos años pensando que tenía Déjà vu y lo único que tengo es un transtorno mental que le pasa a la mayoría de la gente entre las edades 15- 25 años. Ahora casi tengo 30 y me sigue pasando. Lo bueno es que según un escrito es que todavía se me está desarrollando la mente, o sea que todavía puede llegar a ser más listo. O, que tan burro que soy, que mi ADN decidió por mi: "hacerme un poco más listo", con las consecuencias de mis trastornos mentales.

La experiencia de Déjà vu le sucede a la mayoría de la gente joven. ¡Bieeen, soy una persona normal! Esta sensación aunque parezca moderna ya existía hace muchos años antes de que el escritor francés
Ojo azul vidrioso que parece que está llorando. Se ve reflejaod en su iris la inmensidad del universo. Yo diría un simil de la inmesidad del universo frente al futuro que nos avecina
Déjà vu
Émile Boirac lo describiese en su libro "El futuro de las ciencias síquicas".

La verdad es que como dice en la Wikipedia, yo pensé que era porque esta vida ya la viví en otro momento, también pensé que la casualidad de volver a repetir las mismas experiencias que estoy viviendo ahora se podía dar cuando se volviesen a dar las mismas circunstancias para que naciera en la Tierra y que el mundo volviera otra vez a ser como fue cuando viví por primera vez. Y como pensé que el mundo era infinito en tiempo, espacio y todas las demás dimensiones,  podría haber vivido infinitas, una y otra vez, vidas distintas pero con situaciones reales que fuesen iguales. Además pensé que de alguna manera estas partículas de las que estamos formados podrían tener una memoria, también infinita, debido a eso veía esas experiencias vividas.

En conclusión, me parece que es bueno saber que el cerebro está en un continuo fluir y que evoluciona a lo largo de la vida. También me gusta que nos dea esas pequeñas ilusiones y que no siempre sea todo blanco y negro: haciéndonos dificil las cosas para poder disfrutar de cada momento como si fuese el último. Porque, así es, cada momento es el último porque cada momento es único en nuestras vidas. Es una pena no haber disfrutado de todo y no preocuparse de las consecuencias. Cuando ahora me preocupo por las consecuencias de mis actos echando más tiempo lamentándome que disfrutando de esta vida que tengo, suertuda mi vida.

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