La huelga, un consuelo.
La manifestación, un caramelo.
Una manifestación es dulce porque todos nos reunimos para manifestar nuestros sentimiento por una injusticia: gente mal pagada, personas que no encuentran empleo, la sanidad para todos, libertad...
Nos reunimos y nos damos cuenta de que no estamos solos en esta vida. Tenemos gente que se encuentra en la misma situación. Hay gente que está luchando. Para hacerse notar hay que gritar. Pero siempre pensé que está bien gritar, pero, ¿A quién gritamos?¿Alguien nos escucha? Me gusta pensar que una verdad hablada es más verdad que una verdad oculta en cada una de nuestras mentes.
La protesta es buena para saber que necesitamos tener claro lo que es, para cada uno de los manifestantes, el problema.
Hoy hubo una manifestación de los ganaderos del Deza en Lalín y estos reclaman 'los dineros', que son suyos. La leche lleva más de 10 años sin subir de precio, es más, la leche bajó de precio. En la época de la peseta era pagado el litro a casi 50 pesetas y ahora se paga a menos de 30 céntimos de euro, una miseria para los tiempos que corren pensando en el precio de los combustibles fósiles y de la maquinaria cara que es necesaria para una buena explotación ganadera.
Las vacas productoras son caras y la duración de estas es corta. Cuando antes lo que se miraba era la longevidad de las vacas ahora se mira a que revienten produciendo leche.
En fin, lo de menos es la reclamación. El problema es que la leche es cara para el consumidor final y los ganaderos la venden barata, muy barata. Además los ganaderos franceses, en su mayoría reciben 4-10 céntimos más por litro que los gallegos, añadiendo, también, que la leche gallega es la más barata de España y de mayor calidad.
Llevamos años que solo nos movemos o nos manifestamos cuando nos pagan poco o después de poner durante años la otra mejilla ante una injusticia. Así nos va.
La manifestación, un caramelo.
Una manifestación es dulce porque todos nos reunimos para manifestar nuestros sentimiento por una injusticia: gente mal pagada, personas que no encuentran empleo, la sanidad para todos, libertad...
Nos reunimos y nos damos cuenta de que no estamos solos en esta vida. Tenemos gente que se encuentra en la misma situación. Hay gente que está luchando. Para hacerse notar hay que gritar. Pero siempre pensé que está bien gritar, pero, ¿A quién gritamos?¿Alguien nos escucha? Me gusta pensar que una verdad hablada es más verdad que una verdad oculta en cada una de nuestras mentes.
La protesta es buena para saber que necesitamos tener claro lo que es, para cada uno de los manifestantes, el problema.
Hoy hubo una manifestación de los ganaderos del Deza en Lalín y estos reclaman 'los dineros', que son suyos. La leche lleva más de 10 años sin subir de precio, es más, la leche bajó de precio. En la época de la peseta era pagado el litro a casi 50 pesetas y ahora se paga a menos de 30 céntimos de euro, una miseria para los tiempos que corren pensando en el precio de los combustibles fósiles y de la maquinaria cara que es necesaria para una buena explotación ganadera.
Las vacas productoras son caras y la duración de estas es corta. Cuando antes lo que se miraba era la longevidad de las vacas ahora se mira a que revienten produciendo leche.
En fin, lo de menos es la reclamación. El problema es que la leche es cara para el consumidor final y los ganaderos la venden barata, muy barata. Además los ganaderos franceses, en su mayoría reciben 4-10 céntimos más por litro que los gallegos, añadiendo, también, que la leche gallega es la más barata de España y de mayor calidad.
Llevamos años que solo nos movemos o nos manifestamos cuando nos pagan poco o después de poner durante años la otra mejilla ante una injusticia. Así nos va.
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