Ir de compras sin saber lo que uno necesita. Nunca se puede ir al super sin saber lo que tiene en la despensa porque al final la compra carece de lo imprescindible sobrándole grasa y sucedáneos mal sanos.
Igual pasa con la vida misma. Uno se levante y si no tiene claro lo que necesita se deja caer en un sin fin de tentaciones que al llegar la noche se convirtieron en un batiburrillo de la nada más volatil que uno se puede imaginar. La alternativa como solución: posiblemente existan varias, una puede ser una película destas sorprendentes que active la única neurana que usamos (de vez en cuando) y, otra de muchas es, leer un buen libro... incluso se puede ver algún documental que te habra los horizontes cerrados por la burbuja que nos rodea, dándonos cuenta que no somos libres.
Igual pasa con la vida misma. Uno se levante y si no tiene claro lo que necesita se deja caer en un sin fin de tentaciones que al llegar la noche se convirtieron en un batiburrillo de la nada más volatil que uno se puede imaginar. La alternativa como solución: posiblemente existan varias, una puede ser una película destas sorprendentes que active la única neurana que usamos (de vez en cuando) y, otra de muchas es, leer un buen libro... incluso se puede ver algún documental que te habra los horizontes cerrados por la burbuja que nos rodea, dándonos cuenta que no somos libres.
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