Un día en mi mundo... un mundo de ideas desoladoras. Un día es bueno, en cuanto a ideas y otro es borroso, solo hay nubarrones y lagunas llenas de vacío. Un hueco mental que no se rellena, se hace más grande, se hace enorme. Y de repente aparezco yo, en ese hueco, flotando... pero porque floto, no hay ideas en las que apoyarse no hay nada. lo único que hay es algo de niebla que me interrumpe la vista, pero no me puedo mover, no veo suelo, no veo paredes, veo claros y sombras... estoy rodeado de falta de ideas y miro hacia arriba... empieza a derrumbarse el techo donde había ideas sin soportes que serían los conceptos básicos. En ese mundo donde estaba no había mas que ideas mal construídas sin sentido. Mi mente era un caos. También, empecé a derrumbarme, a ser infeliz. Me sentía desolado y a la vez aumentaba mi velocidad de descenso a ninguna parte.
¡Me suicidé!...
Ni me di cuenta, cuando lo pensé, ya me tomara demasiados ansiolíticos, pastis o lo que fueren. Estaba sin control, llegando al fin de mi vida y sin saber por qué.
Grité: ¡gris!¡gris!¡griiiiss!, no podía ver más que una tonalidad gris por todo mi alrededor, gris decadente, gris triste, gris empalagoso, gris sin consistencia, gris sucio... y tan pronto me giré vi mi cuerpo inerte, sin fuerza, sin calor, sin color. Me desvanecí. Desde ese momento no recuerdo nada más, mi mente se cubrió de oscuridad o claridad, un extremo malo de describir.
Un día después o quizá más. Empecé a escuchar ruido de gente destrozada, gente llorando, gente cuchicheando, alguna risa a lo lejos pero solo había tristeza.
¡Me suicidé!...
Ni me di cuenta, cuando lo pensé, ya me tomara demasiados ansiolíticos, pastis o lo que fueren. Estaba sin control, llegando al fin de mi vida y sin saber por qué.
Grité: ¡gris!¡gris!¡griiiiss!, no podía ver más que una tonalidad gris por todo mi alrededor, gris decadente, gris triste, gris empalagoso, gris sin consistencia, gris sucio... y tan pronto me giré vi mi cuerpo inerte, sin fuerza, sin calor, sin color. Me desvanecí. Desde ese momento no recuerdo nada más, mi mente se cubrió de oscuridad o claridad, un extremo malo de describir.
Un día después o quizá más. Empecé a escuchar ruido de gente destrozada, gente llorando, gente cuchicheando, alguna risa a lo lejos pero solo había tristeza.
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