Un día de esos que solo apetece sajar y apuñalar a todo lo que pasa por delante. Un día de esos en que te conviertes en otra persona, en un delincuente con ganas de bulla y sin miedo a morir, o en un mafioso mangante que mata por dinero y además le gusta, que no tiene escrúpulos, moral ni ética; es simplemente un enfermo o un error de la naturaleza.
Una persona se puede convertir en otra simplemente porque está cansado de todas las putadas que tuvo que sufrir. Una persona se vuelve loca porque no tiene ganas de vivir y solo piensa en ella misma. Un asesino en serie busca simplemente la satisfacción de hacer algo llamativo que además le sacie la gana de sangre, de venganza. Un sicópata de estos no lo es si gana dinero por hacer estas burradas pero sigue siendo un sin escrúpulos o simplemente una persona que le da igual hacer algo por dinero.
Yo me definiría como un potencial asesino que se encuentra en el lugar equivocado, en un momento inoportuno, me explico: si estuviese en el ejército disfrutaría matando, por lo menos las siguientes muertes a la vigésima porque creo que un asesino no se acostumbra a matar. Con el primer cadáver delante se pasa mal pero después de realizar el trabajo muchas veces acaba por acostumbrarse a la violenta imagen de tener un cuerpo inerte delante de sus ojos.
Odio la violencia pero estoy acostumbrado a ella porque en mi vida cotidiana la tengo delante a menudo: en el telediario, en las películas y antes en los videojuegos (me gustaban los violentos). Mi forma de hablar es violenta y a veces ofensiva pero no por ello soy una persona mala, soy una persona ‘brutiña’ y nada más. Nunca hice daño a nadie físicamente, excepto cuando juego al fútbol y no adrede. Tengo otro problema grande: dejo acumular mi ira y ésta explota muy de vez en cuando pero de una forma muy perjudicial para las cosas que me rodean (intento que sean cosas). Después de escribir esto creo que soy una persona bastante mala y además predico pero no hago. Soy un desgraciado y no se como evitarlo. Todavía no soy un asesino. Tengo miedo de ser un asesino, tengo miedo de hacer un mal irreparable, tengo miedo de mis actos porque poco a poco me estoy pudriendo por dentro. Mis acciones me hacen cada vez menos niño y más hombre, esto no quiere decir que tenga más sentido común sino que lo estoy perdiendo de forma progresiva.
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