Un día especial aquel nueve de septiembre del año 1999. Un día para recordar, un día extraño y nada fuera de lo corriente a la vez, un día bestial que se representa con un número especial, este número es el de la bestia, el del demonio. Como todos sabéis el número de la bestia es el 666 pero estáis engañados en realidad es el 999 pero hace muchos años hubo un error en las traducciones, no fue un error realmente sino una corrección para salvar millones de vidas porque en caso de que ese día se nombrasen en voz alta ciertas palabras la humanidad desaparecería para siempre. Esas palabras no penséis que se conservan o que están escondidas. Esas palabras, magia negra o lo que queráis fueron pasadas de boca en boca y de generación y generación en una doctrina secreta que ni yo conozco e incluso puede ser que ni existe pero no se lo contéis a nadie o al menos no digáis quién os lo ha dicho.
Siguiendo con la historia, con la invención o con la que queráis que sea esto: Era un día muy especial con fecha muy distinta a la que dije anteriormente porque realmente esa fecha no corresponde ni a lo que estaba en la antiguas escrituras ni a las nuevas escrituras. Es decir que la fecha no importa sino la historia.
Era invierno o solo hacía frío. Era un día en el que podía ocurrir la peores cosas jamás imaginadas como puede ser el fin del mundo y el comienzo de una nueva era, la era de los infiernos que es un nombre muy descriptivo porque en caso de que se pronunciasen esas palabras en el momento, el lugar preciso y tono justo se produciría una fusión entre ambas dimensiones (no encuentro una palabra más apropiada pero puede valer) la del mal y la del bien. Como sabemos desde el comienzo de los tiempos la dimensión del bien no es la nuestra sino la de los servidores de ese supuesto todo poderoso que pueden ser lo ángeles y algunos santos que luego se convirtieron en ángeles, es decir que la tierra y otros planetas donde existe seres vivos que desconozco es la zona neutral en donde coexiste el bien y el mal pero últimamente el mal está destruyendo lo poco que hicimos los humanos bien por este universo que era ser felices y dejar que el resto lo fuese.
Esto quiere decir que por motivos bien claros el imperio del infierno quiso conquistar o simplemente alzar la bandera en las tierras neutrales como era la tierra y para ello solo tenían que decir esas palabras que desconozco en el momento oportuno y en el lugar donde corresponde. Pero siempre hay alguien que está mal de la cabeza y se quiere hacer el héroe o el cafre.
Siguiendo con la historia, con la invención o con la que queráis que sea esto: Era un día muy especial con fecha muy distinta a la que dije anteriormente porque realmente esa fecha no corresponde ni a lo que estaba en la antiguas escrituras ni a las nuevas escrituras. Es decir que la fecha no importa sino la historia.
Era invierno o solo hacía frío. Era un día en el que podía ocurrir la peores cosas jamás imaginadas como puede ser el fin del mundo y el comienzo de una nueva era, la era de los infiernos que es un nombre muy descriptivo porque en caso de que se pronunciasen esas palabras en el momento, el lugar preciso y tono justo se produciría una fusión entre ambas dimensiones (no encuentro una palabra más apropiada pero puede valer) la del mal y la del bien. Como sabemos desde el comienzo de los tiempos la dimensión del bien no es la nuestra sino la de los servidores de ese supuesto todo poderoso que pueden ser lo ángeles y algunos santos que luego se convirtieron en ángeles, es decir que la tierra y otros planetas donde existe seres vivos que desconozco es la zona neutral en donde coexiste el bien y el mal pero últimamente el mal está destruyendo lo poco que hicimos los humanos bien por este universo que era ser felices y dejar que el resto lo fuese.
Esto quiere decir que por motivos bien claros el imperio del infierno quiso conquistar o simplemente alzar la bandera en las tierras neutrales como era la tierra y para ello solo tenían que decir esas palabras que desconozco en el momento oportuno y en el lugar donde corresponde. Pero siempre hay alguien que está mal de la cabeza y se quiere hacer el héroe o el cafre.
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